Berrinches: claves para manejarlos con tus hijos

Los berrinches son una parte normal del crecimiento y desarrollo infantil. Aparecen cuando los niños comienzan a tomar conciencia de sus límites y desarrollan herramientas para regular su conducta. 

Sin embargo, estos episodios a veces provocan desconcierto a los adultos, que no saben manejarlos de la forma adecuada. ¿Cómo abordarlos de manera efectiva y saludable?

Estrategias para controlar los berrinches de manera positiva

Tal vez no lo sabías, pero estos estallidos emocionales pueden aparecer desde edades tan tempranas como la de la alimentación complementaria, cuando tu hijo es apenas un bebé. Por eso es clave estar preparados para saber cómo reaccionar frente a ellos.

A veces, intentar controlar los berrinches parece una misión imposible. Sin embargo, existen algunos recursos que puedes aplicar para manejarlos con una actitud positiva:

Ser empáticos

Ponerse en los zapatos del otro es clave para llegar a un acuerdo. Primero, intenta comprender por qué tu hijo se siente así y qué puedes hacer para ayudarlo. 

En este sentido, es importante mostrar que estás dispuesto a escuchar, incluso físicamente, colocándote a la altura de tu hijo y usando palabras que él sea capaz de entender. Cuando experimenta un estallido emocional, necesita que lo contengas hasta que se pase.

A veces, dependiendo de las características del episodio, puede que debas darle más tiempo y espacio hasta que se tranquilice. Sin embargo, no dejes de mostrarte disponible para él. Cuando termine el episodio, explícale cuál podría ser una mejor manera de reaccionar la próxima vez.

Mantener una comunicación fluida

Nunca cierres la puerta al diálogo con tus hijos. A veces todos necesitamos un momento para calmarnos y respirar, pero después es necesario mantener una conversación sobre lo sucedido. 

Muchas veces, los berrinches se manifiestan como ataques repentinos de ira con llantos, gritos y pataletas. Si tú reaccionas igual que tus hijos, te será más difícil estabilizar la situación. Más allá de los diversos estilos de crianza que puedas adoptar, la maternidad y la paternidad implican una comunicación constante con tus hijos. Por ejemplo:

• Preguntarles qué les sucede.
• Pedirles su opinión en situaciones cotidianas y elecciones simples.
• Abrazarlos o hacerles una caricia.
• Mirarlos a los ojos cuando están hablando. 

Gestionar las expectativas durante los berrinches

Un desarrollo cognitivo normal implica aprender a resolver problemas, controlar impulsos y retrasar las gratificaciones instantáneas. Estas habilidades permiten a los niños manejar situaciones que les provocan frustración. 

En este sentido, es clave que los padres generen en sus hijos expectativas realistas y les enseñen habilidades de negociación. Por ejemplo, si un niño quiere usar mucho tiempo el teléfono celular, puedes proponerle dárselo durante 40 minutos después de haber hecho su tarea.  

Es fundamental que no cedas a estos despliegues de ira de tu hijo dándole lo que te pide al instante. Muéstrate firme y no dudes de tu autoridad, ya que el niño necesita que lo guíes para saber cómo actuar en diferentes circunstancias de la vida.

Usar refuerzos positivos

A menudo, los niños utilizan los berrinches para obtener lo que desean. Cuando los padres responden a estos llamados de atención dándoles lo que quieren, refuerzan su conducta negativa. Así, es importante cambiar el foco y reforzar o premiar los comportamientos positivos. Por ejemplo:

• Elogiar los hábitos saludables que los niños mantengan por iniciativa propia, como lavarse los dientes o comer frutas.  
• Cambiar el foco desde lo que “no se puede” hacer hacia lo que sí es posible. 
• Evitar algunas situaciones que desborden a tus hijos o sean fuente de nuevos berrinches. Por ejemplo, no ir a hacer las compras con ellos si sabes que van a pedirte cosas de la tienda.
• Mostrarle tu alegría y satisfacción porque supo controlar la situación, tranquilizarse y encontrar una solución a su problema.

Buscar soluciones en conjunto

La familia es el primer ámbito de socialización de los niños, antes incluso que la educación inicial. Es allí donde aprenden las primeras normas de convivencia y adquieren habilidades básicas para interactuar con otros.

En este sentido, intenta acompañar a tus hijos a encontrar solución a sus frustraciones y preocupaciones. Por ejemplo, en lugar de darles un juguete, muéstrales dos o tres diferentes para que él escoja. Es una tarea que desarrolla su autonomía y ejercita su capacidad de elección. 

En conclusión, gestionar correctamente los berrinches infantiles tendrá una gran importancia en el manejo de sus emociones en su vida adulta. Adoptar un enfoque comprensivo puede ayudar a los padres a navegar por estos momentos desafiantes mientras fomentan el crecimiento emocional de sus hijos.